Historia de la Federación Anarquista Ibérica (FAI)
escrito por Tierra y Libertad
Presentación
La Federación Anarquista Ibérica (FAI)
es una organización fundada en 1927 en la playa de El Saler, Valencia,
como continuación de dos organizaciones anarquistas, la portuguesa, Unión
Anarquista Portuguesa y la española Federación Nacional de Grupos Anarquistas
de España, teniendo de esta forma un ámbito de actuación ibérico. En la
actualidad la organización forma parte de la Internacional de Federaciones
Anarquistas.
Desde su fundación hasta el advenimiento de la
dictadura franquista desempeña un papel importante en el movimiento obrero
español, sobre todo a través de la denominada trabazón con la CNT, es decir la
presencia de elementos faístas en la organización
anarcosindicalista. La intención era que el sindicato no se alejase de los
postulados ácratas. De esta manera, en la década de 1930 el sector faísta de
la CNT se opuso al treintista.
Su organización estuvo basada sobre grupos pequeños de
afinidad anarquista de activistas autónomos. La FAI permaneció como una
organización secreta e ilegalizada, incluso después del reconocimiento de su existencia
dos años después de su formación. Su naturaleza subrepticia hace difícil juzgar
la extensión numérica de sus miembros. Se estima que los miembros de la FAI
justo antes de la revolución rondaba entre los 5.000 y 30.000. La
cantidad de miembros se incrementó drásticamente durante los primeros meses de
la Guerra Civil.
La FAI fue tácticamente revolucionaria, con acciones
que incluían desde los robos de bancos para la adquisición de fondos, la
constitución de bibliotecas populares a la organización de huelgas generales.
Apoyó esfuerzos en contra de la dictadura de Rivera y la monarquía, y en 1936,
contribuyó al establecimiento del Frente Popular a cambio de la liberación de
los numerosos presos libertarios. Tras el alzamiento franquista, las organizaciones
anarquistas comenzaron a cooperar con el gobierno republicano, no sin
controversia. A la vez propulsó activamente la Revolución Social Española de 1936 en la
cual veía llevados a la praxis sus ideas ácratas (colectivizaciones de tierras
e industrias, municipalismo libertario, etc.), aunque ello llevó a la par casos
de represión en la retaguardia republicana por parte de faístas (ante la
oposición de destacados líderes cenetistas) no sólo contra simpatizantes del
fascismo, sino incluso contra republicanos moderados, pequeños propietarios o
la Iglesia.
Durante el franquismo continuó clandestinamente,
actuando en unión de las demás organizaciones y grupos del movimiento
libertario español y tras la llegada de la democracia se forman grupos en
varias localidades que duran hasta la actualidad, aceptando los postulados
ácratas clásicos, su negativa a registrarse legalmente como asociación y
manteniendo la independencia económica de cualquier institución. Apoya
habitualmente las actividades del anarcosindicato CNT-AIT y mantiene relaciones
de afinidad con el mismo, formando el llamado movimiento libertario histórico.
La FAI edita un periódico mensual llamado Tierra
y Libertad.
La llegada de la Idea
Las nuevas doctrinas de emancipación social llegaron a
España a través de las traducciones de los textos de Fourier, Cabet y, sobre
todo, de Proudhon. A mediados del siglo XIX las sociedades de resistencia
obrera eran una realidad por todo el país. Pero la organización revolucionaria,
vertebrada, no cristalizó hasta la llegada en 1868 del italiano Giuseppe
Fanelli enviado por el comité ginebrino de la Asociación Internacional de los
Trabajadores (A.I.T.) para establecer en España una sección de la misma. El
programa que presenta a los núcleos de Barcelona y Madrid es el de la Alianza
para la Democracia Socialista, organización creada, entre otros, por Mijaíl
Bakunin cuatro años antes y que se integró en la A.I.T. Bakunin consideraba más
seguras y eficaces las agrupaciones secretas formadas por personas convencidas
y de absoluta confianza, que en determinados momentos favorables pudieran
ponerse a la cabeza de los acontecimientos, pero sólo para inspirar y
esclarecer. Con este espíritu se había creado la Alianza; su programa, en
apariencia coincidente con los estatutos de la Internacional, caló
profundamente entre la clase trabajadora española. En 1871, tres de los
impulsores de la Internacional entablan relaciones con trabajadores portugueses
y crean en el país vecino una sección de la A.I.T. La Alianza queda diluida en
la sección española de la A.I.T., siendo los grupos militantes que formaron la
Alianza los núcleos impulsores de la Internacional. Los seguidores de Karl Marx
desatan una campaña contra los libertarios en el seno de la A.I.T. Se enfrentan
dos posiciones irreconciliables sobre los medios que debe emplear la clase
obrera para su emancipación. Mientras que para el sector libertario, animado
por Bakunin, es fundamental destruir el Estado y todos los poderes si realmente
se quiere acabar con la injusticia social imperante, Marx y sus seguidores
consideran prioritario conquistar el poder y, desde él, transformar la
sociedad. Estas posturas darán lugar a la partición de la Internacional en dos
bloques: el libertario o anarquista y el autoritario o marxista. Tras varias
maniobras, los marxistas acabarán expulsando a los libertarios de la A.I.T.,
pero eso será el fin de la Primera Internacional.
En España la Internacional tenía unos planteamientos
claramente libertarios. En junio de 1870 se había celebrado en Barcelona el
Primer Congreso Obrero, en el que se establecieron las bases revolucionarias de
actuación para lograr la destrucción de la sociedad existente y su sustitución
por otra de libres e iguales, carente de explotación y privilegios.
A medida que la Internacional se va afianzando, el
Estado la intenta erradicar: a las huelgas suceden represiones brutales e
intentos de destruir las organizaciones obreras. El Parlamento llega a prohibir
su existencia, con lo que la militancia pasa a la clandestinidad. No por ello
decrece la actividad propagandista y organizadora.
Por su parte, los marxistas comienzan a hacer campaña
en contra de todo lo que significan los planteamientos libertarios en la A.I.T.
y, escindiéndose de ella, crean en 1879 el Partido Socialista Obrero Español
(P.S.O.E.). En 1881, con la Restauración monárquica asentada en España, se
permiten ciertos derechos de expresión y asociación. Como heredera de la Internacional,
se crea la Federación de Trabajadores de la Regional Española (F.T.R.E.).
Propaganda por el hecho e insurrecciones
Ante el nuevo impulso de las ideas libertarias, el
Gobierno decide poner en práctica una nueva táctica, la del montaje y la provocación.
Se producen así una serie de hechos realizados por agentes policiales cuyo fin
es desacreditar y criminalizar al movimiento anarquista. Estallan bombas, se
acusa a los anarquistas, se encarcela, tortura y asesina a militantes; otros
compañeros les vengarán y de nuevo el Estado lanza su maquinaria represiva; es
la espiral de violencia de la que siempre salen ganando las fuerzas del
Capital. En España son especialmente sangrientos los procesos de Montjuich,
Jerez, la "Mano Negra"... Pero es un fenómeno mundial. No hay que
olvidar a los mártires de Chicago que fueron ahorcados en Estados Unidos tras
un proceso-farsa. Su crimen: utilizar la tribuna para abogar por la jornada
laboral de ocho horas. En conmemoración de estos anarquistas ajusticiados se celebra
la jornada internacional del Primero de Mayo.
La represión generalizada impide la consolidación de
las organizaciones libertarias. En 1881 se había celebrado en Londres un
congreso anarquista internacional. En él se tratan, fundamentalmente, dos asuntos:
la violencia revolucionaria y la creación de una organización internacional
anarquista que sirva para vertebrar a los militantes anarquistas de todo el
mundo. Se parte de los acuerdos emanados, nueve años antes, del Congreso de
Saint-Imier que, ante la maniobra marxista de expulsión, marca lo que serán los
lineamientos de la acción obrera revolucionaria internacional: organización al
margen de la política burguesa, mediante la solidaridad de la acción
revolucionaria; todo poder político presuntamente revolucionario es falso, por
tanto hay que ir a la destrucción de cualquier clase de poder político; pacto
de solidaridad, amistad y apoyo mutuo; la sociedad debe fundarse en el trabajo
y la libertad: libre organización del trabajo contra las tiranías política y
religiosa; todo Estado es injusto y tiránico y debe ser sustituido por la libre
federación de los grupos productivos fundada en la solidaridad.
Pero, por la oleada de represión, no se puede
desarrollar esa organización internacional anarquista preconizada en el
Congreso de Londres. Sin embargo, se multiplicaron las publicaciones
libertarias que, de alguna manera, sirvieron de nexo de unión entre los
militantes.
En España, la F.T.R.E. es puesta fuera de la ley. Se
mantienen las relaciones entre los grupos a través de organizaciones
clandestinas, como el Pacto de Unión y Solidaridad. Se siguen desarrollando las
sociedades obreras y en los periódicos libertarios se debate sobre colectivismo
y comunismo. Pese a la persecución, el ideario anarquista se extiende por el
tejido social y cala profundamente en las clases populares.
El Congreso de Ámsterdam
A comienzos del siglo XX el enfrentamiento entre
capital y trabajo se radicaliza más aún. De Francia llegan las nuevas teorías
de organización obrera: el sindicalismo. Se debate sobre la huelga general como
método revolucionario. En Cataluña se crea, en 1907, una federación de todas
las sociedades obreras de influencia libertaria. Se llamará (al igual que su
órgano de expresión) Solidaridad Obrera. Su bautismo de fuego llegará a los
pocos meses: el Gobierno decide mandar más soldados para reanudar la guerra en
Marruecos; el pueblo de Barcelona se amotina para evitar el embarque de las
tropas. La respuesta del Gobierno fue atroz; durante esta "Semana Trágica"
se asesinó a cientos de trabajadores. Tras los procesos judiciales, se fusila,
entre otros, a Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista culpable de educar
a la juventud fuera de las garras de la Iglesia. Los encarcelados se cuentan
por centenares.
En el verano de ese mismo año se reúne en la ciudad de
Ámsterdam un nuevo congreso anarquista internacional. Se habló,
fundamentalmente, de dos temas: organización anarquista y sindicalismo. Del
primero de ellos surge la necesidad de crear la internacional anarquista,
querida por todos, y se nombra una comisión de relaciones. Del sindicalismo se
habló mucho, perfilándose dos tendencias: la que daba a la acción sindical
preponderancia sobre las demás actividades a emprender y la que, sin quitar
importancia a la acción obrera, declara que ésta es un medio para llegar a la
anarquía, nunca un fin en sí misma. Estas dos maneras de entender la acción
libertaria van a pervivir en el anarquismo organizado hasta nuestros días. Son
antológicas las defensas que de una y otra postura hicieron Pierre Monatte y
Errico Malatesta.
En España, José Prat y Anselmo Lorenzo (veterano
luchador y uno de los fundadores de la sección española de la Internacional)
hacen circular textos sobre sindicalismo, que calan en el proletariado. En 1910,
con el apoyo de la mayoría de los diversos grupos anarquistas se crea la
Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) como ampliación de la Solidaridad
Obrera catalana. A diferencia de los compañeros franceses, los españoles
definen el sindicalismo de la C.N.T. no como un fin en sí mismo sino como un
medio de lucha y resistencia en los conflictos creados por la existencia misma
de clases antagónicas. El fin era la emancipación de las clases desposeídas.
Como corolario, se adoptó el viejo lema de la Internacional: "La
emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores
mismos". Las luchas llevadas a cabo por los sindicatos de la C.N.T. hacen
que, en menos de un año, el Gobierno la ilegalice. Las posturas se radicalizan.
Reflejos de la Revolución Rusa
En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial. La comisión
internacional de relaciones nombrada por el Congreso de Amsterdam emite un
comunicado contra la guerra que es suscrito por los anarquistas de todo el
mundo; hay excepciones: algunos compañeros, con Kropotkin a la cabeza, redactan
un manifiesto de apoyo a los Aliados como "mal menor".
La burguesía aprovecha la neutralidad española para
enriquecerse suministrando productos a los dos bandos. Las luchas obreras se
multiplican y, junto a la Unión General de Trabajadores (U.G.T., socialista),
la C.N.T. declara la huelga general revolucionaria.
En ese mismo año estalla en Rusia la Revolución. Los
sóviets (consejos) de obreros y soldados acaban con el poder y comienzan la
socialización de campos, fábricas y talleres. La presencia anarquista es
numerosa. Del Partido Socialdemócrata ha surgido una escisión: los comunistas o
bolcheviques que, bajo la dirección de Lenin, se van haciendo, poco a poco con
los resortes del poder revolucionario. La revolución es yugulada. Rebeliones
como la de Kronstadt o Ucrania son ahogadas en sangre por el Ejército Rojo a
las órdenes de Trotski. La autocracia zarista es sustituida por el aparato
bolchevique.
Las noticias no circulan con la necesaria fluidez y
los trabajadores no saben realmente lo que está ocurriendo en Rusia. Por otra
parte, los bolcheviques crean la Internacional Comunista y envían a sus agentes
por todo el mundo para crear secciones.
En España se había celebrado en 1918 una conferencia
nacional anarquista en Barcelona. Al poco, los bolcheviques lanzan sus primeros
ataques contra los anarquistas dentro de la C.N.T., pero sin éxito. En 1919, el
Congreso de la C.N.T. declaraba que su finalidad era el comunismo libertario.
La C.N.T. se adhiere, provisionalmente, a la Internacional Sindical Roja
(I.S.R., comunista). El informe de los delegados que acuden a Rusia hace que se
abandone la I.S.R. al hacerse evidente la implantación de la dictadura
bolchevique. En 1922 se reunirán en Berlín las organizaciones sindicalistas
revolucionarias del mundo para refundar la Asociación Internacional de los
Trabajadores (A.I.T.), heredera de la Primera Internacional. La C.N.T. está
presente. En esta época surge un nuevo tipo de militante anarquista, el hombre
de acción, tanto en el plano de la expansión organizativa como en el de la
lucha cotidiana.
La reacción de la burguesía
Los conflictos obreros se multiplican por las ciudades
y el campo. En el resto de Europa se da idéntica situación. Las fuerzas
burguesas crean milicias "cívicas" para sofocar las rebeliones, ya
que temen utilizar al ejército por si confraterniza con los trabajadores, como
sucedió en Rusia. Los socialistas alemanes demuestran a qué conduce la
participación política, aplastando el movimiento revolucionario de los consejos
obreros. En Italia será un antiguo socialista, Benito Mussolini, quien dé forma
a esta ideología interclasista, el fascismo, que no es otra cosa que una tabla
de salvación de la burguesía ante la irrupción de la revolución proletaria. En
España, la burguesía crea el Sindicato Libre, una organización terrorista que
se dedica a asesinar a los militantes libertarios más destacados. La reacción
es enérgica: los grupos anarquistas atacan a los pistoleros del Sindicato Libre
con las armas en la mano. El balance es trágico; como resultado, la espiral de
violencia que permite justificar el golpe militar de 1923: el rey Alfonso XIII
manda formar gobierno al general Primo de Rivera; se suspenden las garantías
constitucionales y los sindicatos de la C.N.T. son puestos fuera de la ley. Los
anarquistas redoblarán la lucha contra la dictadura. Curiosamente la U.G.T. y
el P.S.O.E. aceptan colaborar con el dictador. Meses antes del pronunciamiento
militar, se había creado la Federación Nacional de Grupos Anarquistas
(F.N.GG.AA.) que aglutinará a los compañeros y coordinará las luchas. Son
legendarias las acciones de militantes como Durruti y Ascaso. En 1927 se
celebra clandestinamente en Valencia una conferencia anarquista. Están
representados los grupos de la F.N.GG.AA., los compañeros exiliados de la
Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española y la Unión Anarquista
Portuguesa. Se decide crear una organización que coordine las luchas contra
ambas dictaduras de la Península: nace la Federación Anarquista Ibérica
(F.A.I.), crisol en el que se forjarán los movimientos revolucionarios de ese
período.
Llega un momento en que el sistema dictatorial, e
incluso la propia monarquía, ya no sirven para defender los intereses de la
burguesía. Ante el miedo de un cambio revolucionario, los poderes fácticos del
Estado dan paso a la República, que se proclama en abril de 1931. Con la vuelta
de las libertades democráticas, los sindicatos de la C.N.T. crecen con una
fuerza inusitada. En su seno se crea una tendencia reformista con líderes como
Ángel Pestaña, que derivará en la creación de un partido político.
Pronto la República demuestra de parte de quién está: de la burguesía, de los
propietarios. Los sindicatos de la C.N.T. y los grupos de la F.A.I. entran en
una espiral revolucionaria y también, justo es decirlo, se dan ejemplos de
burocratismo y de posibilismo político. La "gimnasia revolucionaria",
atacada por algunos sectores reformistas, sirvió para concienciar al
proletariado y para prepararlo para las realizaciones revolucionarias. La
respuesta del Estado fue brutal: fusilamientos (Casas Viejas), deportaciones,
cárcel.
Guerra y revolución
En 1934, las derechas ganan las elecciones
legislativas, lo que significó más represión. En octubre se desencadena la
huelga general revolucionaria por parte de las dos centrales sindicales, C.N.T.
y U.G.T.; el Gobierno proclama el Estado de Guerra y se encarcela a cientos de
militantes. Pero en Asturias la revolución triunfa. Con la consigna U.H.P.
(Uníos Hermanos Proletarios) socialistas y anarquistas organizan la lucha; y
vencen. En muchos pueblos se proclama el comunismo libertario. La reacción del
Gobierno es contundente: manda fuerzas militares profesionales (Legión,
Regulares y Guardia Civil) para que aplasten la revuelta. Tenían miedo a que
los soldados de reemplazo se unieran a los revolucionarios. La represión fue atroz.
El general Franco dirigía las operaciones. Las cárceles (y los cementerios) se
llenaron de revolucionarios. Pero la actividad no cesa: propaganda, comités de
apoyo a los presos...
En 1936 ganará las elecciones legislativas una
coalición izquierdista, que promulga una amnistía general. La C.N.T. celebra su
congreso en Zaragoza, contabiliza más de un millón de afiliados. Entre los
acuerdos del Congreso destaca un dictamen sobre alianza revolucionaria y, sobre
todo, la definición del comunismo libertario, un programa que permitirá
realizar los ideales ácratas. Las huelgas se suceden, las provocaciones
fascistas también. Finalmente, en julio, una parte importante del ejército se
subleva contra la República. La C.N.T. proclama la huelga general y los militantes
se lanzan a la calle. En media España se detiene la intentona fascista. Es el
triunfo del pueblo en armas.
Inmediatamente los sindicatos se ponen manos a la obra
en la tarea revolucionaria: se colectivizan las industrias, los campos, la
distribución de productos, y todo ello sin descuidar las necesidades de la
guerra. En muchos casos, los sindicatos de la U.G.T. colaboran en las tareas
revolucionarias. La actividad de los militantes de la C.N.T., de la F.A.I. y de
nuevas organizaciones como Juventudes Libertarias y Mujeres Libres fue febril:
organización de la producción, el transporte y el consumo; la sanidad, la
educación, los espectáculos; las industrias de guerra. Todo bajo el signo
libertario de la socialización.
También se cometieron errores: empujadas por las
circunstancias del momento, las organizaciones libertarias colaboraron en la
dirección política de las instituciones republicanas aportando ministros,
directores generales, alcaldes y hasta mandos militares. Esa suma de errores
tuvo consecuencias funestas para la revolución. En mayo de 1937, los comunistas
lanzan en Barcelona un golpe de mano contra el movimiento libertario, asesinan
a compañeros y asaltan la central de Teléfonos, nudo de comunicaciones de la
capital catalana. Las luchas se suceden durante varios días por las calles.
Finalmente hay un llamamiento a la calma por parte de los
"responsables" libertarios. Es el principio del fin. En julio del
mismo año, la F.A.I. se convierte en una especie de partido político.
Actualmente, los anarquistas analizamos estos errores, en lugar de ocultarlos,
para no volver a caer en ellos. Después de casi tres años de guerra,
abandonados por las democracias europeas y con la traición comunista, los
revolucionarios españoles son vencidos por las tropas fascistas, que impondrán
la dictadura más severa y sangrienta de las que se han visto en este país.
Guerrilla, clandestinidad y exilio
Al acabar la guerra, los anarquistas que no han podido
alcanzar la frontera serán presos por las tropas de Franco. Muchísimos serán
fusilados. Algunos consiguen hacerse fuertes en las montañas y continuar la
lucha contra el fascismo. Otros pasan a la clandestinidad en las ciudades. Se
crean redes de evasión para los militantes presos o amenazados y para sus
familias. Incluso bajo la férula fascista, la resistencia libertaria continúa.
Se organizan huelgas (la de los tranvías de Barcelona fue total) y actos de
sabotaje. En la guerrilla hay una serie de personajes míticos: Sabaté,
Facerías, Cara quemada...
Al otro lado de los Pirineos, los exiliados apenas
tienen tiempo de organizarse, pues en seguida comienza la Segunda Guerra
Mundial. Los anarquistas españoles, desde el primer momento, organizarán la
resistencia al invasor nazi-fascista. Esta realidad ha sido ocultada celosamente
por los Estados vencedores en la guerra y, especialmente, por los comunistas.
Terminada la guerra, Franco se refuerza ante los vencedores como "reserva
de Occidente" y su régimen represor continúa, eso sí, con el beneplácito
de las democracias.
En España, a pesar de cárceles y paredones, la
oposición al régimen sigue. Hay que destacar la ayuda que prestaron en todo
momento los exiliados. Se esforzaban por mandar propaganda, dinero y militantes
para proseguir la lucha libertaria. Sin este esfuerzo de los compañeros del
exilio quizá no hubiera sido posible mantener las estructuras del interior.
Algunos de ellos engrosaron la lista de los ajusticiados por Franco. Pero eso
jamás les arredró, continuaron (y aún continúan) imprimiendo propaganda,
recaudando fondos...
Mayo de 1968
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo se había
dividido en dos bloques: el capitalista y el comunista (de Estado, se
entiende). El movimiento anarquista en el mundo estaba debilitado e inconexo.
En 1958 un congreso anarquista celebrado en Londres reactiva las relaciones
internacionales, creando un Comité de Relaciones Anarquistas (C.R.A.) que
servirá para intercambiar informaciones y opiniones entre las diferentes
federaciones anarquistas. Este ambiente de "guerra fría" entre las
superpotencias con conflictos continuos pero localizados, va creando un estado
de opinión, sobre todo en la juventud, de frontal oposición a todo lo
establecido. Son formas de contestación nuevas: pacifismo, comunas,
contracultura... En el mes de mayo de 1968, los estudiantes universitarios de
París se rebelan y toman las facultades; el fenómeno se reproduce en otras
universidades francesas. Los sindicatos, contagiados por el espíritu
revolucionario de los jóvenes, declaran la huelga general. El gobierno se tambalea.
Se produce de nuevo la traición comunista: con fuerte predicamento entre los
sindicatos, el Partido Comunista hace un llamamiento a la vuelta al trabajo y a
la normalidad. Una vez más, los comunistas yugulan la revolución. Hay
movimientos similares por todas partes. Mención especial merecen la
"Primavera de Praga", donde los tanques soviéticos se emplearon a
fondo, y la masacre de la Plaza de las Tres Culturas, en México. En el verano
del mismo año, la ciudad italiana de Carrara acoge un nuevo congreso anarquista
internacional. Se debatirán importantes asuntos: movimiento obrero,
revoluciones del siglo XX, bloques imperialistas, religiones, etc. Se da forma
definitiva a lo que será la Internacional de Federaciones Anarquistas (I.F.A.).
A España llegan los ecos del Mayo francés. Ciertos
sectores de la juventud se rebelan y adquieren conciencia. La clase obrera
ensaya otras formas de organización. Surgen las Comisiones Obreras (CC.OO.)
como forma de organización dinámica y unitaria, que hace frente a los sindicatos
verticales franquistas. Los anarquistas están en el origen de las CC.OO.,
aunque pronto son marginados por el Partido Comunista, que llega a convertirlas
en su "correa de transmisión".
La Transición
Las dictaduras ibéricas empiezan a descomponerse. En
Portugal son los militares quienes, cansados de una guerra colonial que no
pueden ganar, dan un golpe de Estado. Es el 23 de abril de 1974. Vuelve la
democracia y los anarquistas renuevan la acción. Se publican periódicos, se
abren ateneos libertarios y se reestructuran los grupos. Hay un deseo de
libertad y revolución en el pueblo, se crean cooperativas, se ocupan tierras;
pero pronto el aparato del Estado (Partido Socialista incluido) acabará con
todo.
En España, la lenta agonía del franquismo permite a
los lacayos del dictador preparar la transición monárquica. Pactan con la
"oposición" democrática la vuelta gradual al Estado de Derecho una
vez muera Franco (cosa que sucede el 20 de noviembre de 1975). La Corona está
asegurada. En estos años el movimiento anarquista estaba compuesto, sobre todo,
por compañeros veteranos cargados de experiencia y de años de cárcel, y por
jóvenes entusiastas pero carentes de la experiencia necesaria. Se echa en falta
la generación intermedia. Las formas organizativas son las tradicionales, pero
faltas de coordinación. Tan sólo la C.N.T. mantenía una estructura organizativa
estable.
A principios de los años setenta se va a estructurar,
poco a poco, una federación de grupos anarquistas. La ayuda de los compañeros
exiliados es fundamental. Una de las primeras cosas que une a todos los grupos
es el relanzamiento de la C.N.T., y en ello se cifran todos los esfuerzos
militantes.
A principios de 1976, la C.N.T. está estructurada en
todo el país. Se publican un sinfín de periódicos, folletos, libros... Es un
renacer libertario que asusta a los poderes e, incluso, al resto de la
"izquierda". En diciembre de 1978 se celebra un Pleno Peninsular de
la F.A.I. en el que, a pesar de las diferencias entre los grupos, se logra el
consenso. Se acuerda como tarea principal de los grupos la creación y
mantenimiento de los sindicatos de la C.N.T., así como de ateneos libertarios,
y de toda organización que sirva para la propaganda. Se redacta una declaración
de principios.
El auge libertario y el hecho de que la C.N.T. no
entre en los pactos interclasistas promocionados por la Corona hace que el
Gobierno tenga al movimiento libertario en el punto de mira: provocaciones,
detenciones, montajes (como el Caso Scala), "ley del silencio" en los
medios de comunicación y, por si fuera poco, una escisión en la C.N.T. Se
produce en el Congreso de 1979 y la protagonizan los elementos reformistas
proclives a participar en elecciones sindicales, comités de empresa y todas las
componendas que el capitalismo emplea para amordazar a la clase obrera.
Esta escisión supondrá, durante años, un lento
desangre de la organización confederal.
A pesar de todo, la C.N.T. sigue en la brecha, ganando
conflictos (el de las gasolineras de Barcelona resulta paradigmático) y
demostrando que otro tipo de lucha es posible... y eficaz. Es la época de la
reconversión industrial, que se traduce en mandar al paro a miles de
trabajadores. Gobiernan los socialistas.
Anarquía para el siglo XXI
En 1989, con la caída del Muro de Berlín, el régimen
soviético empieza una rápida transformación: del capitalismo estatal pasa al
capitalismo privado y a ser pasto de las multinacionales. Los antiguos países
socialistas se "democratizan" y los trabajadores pierden las pocas
prestaciones sociales que tenían. El trabajo se precariza enormemente.
El capitalismo, ya sin su competidor soviético, se
hace cada vez más feroz. La clase obrera en dos terceras partes del mundo se ve
en la necesidad de emigrar para buscar trabajo; las condiciones laborales son
cada vez más parecidas a la esclavitud. El sistema propicia la competencia, el
racismo, la lucha religiosa. En este mundo de globalización de la miseria son
más válidos que nunca los postulados anarquistas de revolución integral para
crear una sociedad sin Estado y sin clases. El anarquismo organizado sigue
luchando en esta línea. Buena prueba de ello son los congresos internacionales.
En el de Valencia (1990) se analizó la situación mundial, tomándose acuerdos
sobre la posición de los anarquistas en el movimiento obrero, aparte de
redactar un nuevo pacto asociativo de la I.F.A. El Congreso de Lyón (1997)
analizará, entre otras cosas, los mecanismos de dominación y explotación
mundiales. Queremos aclarar que los congresos anarquistas no determinan ninguna
línea fija y obligatoria; son reuniones donde todo el mundo aporta cuanto sabe,
y los acuerdos se toman por unanimidad.
En los últimos años del siglo XX, la F.A.I. ha
multiplicado sus grupos, tanto en España como en Portugal, así como su
propaganda (Tierra y libertad, Acçao directa...) y ha perfeccionado su
estructura, empezando por la redacción, en la Conferencia de 1993, del Pacto Asociativo.
El presente social puede parecer negro, con nuevas relaciones de dominación y
un sistema laboral esclavizante que lleva a los trabajadores a la miseria. Por
ello, nuestra tarea sigue siendo propagar el ideal libertario para agitar las
conciencias y organizar la rebelión que dé al traste con la sociedad injusta.
Por la anarquía.
Julián
Vadillo y Alfredo González
La constitución de la F.A.I.
Acta de la Conferencia Nacional de Grupos Anarquistas
(GG.AA.) celebrada en Valencia en los días 25 y 26 de julio de 1927
Asisten las delegaciones siguientes: Federación
Nacional de GG.AA. de España (Secretariado de Relaciones), Federación Regional
de GG.AA. de Levante, Federación Regional de GG.AA. de Andalucía y Local de
Granada, Federación Regional de GG.AA. de Cataluña, Federación Provincial de
GG.AA. de Castellón, Federación Provincial de GG.AA. de Alicante y Local de
Elda, Federacion Local de GG.AA. de Sevilla, Federación Local de GG.AA. de
Madrid, Federación Local de GG.AA. de Valencia ("Jóvenes Rebeldes",
"Cultura y Acción", "Luz y Vida", "La Antorcha",
"Los Inquietos", "El Sagitario", "Los Forjadores de la
Idea", "Paso a la Verdad" y algunas individualidades), Unión
Anarquista Portuguesa, Confederación Regional del Trabajo de Cataluña y
Confederación Regional del Trabajo de Levante.
Asiste una delegación directa de la organización de
GG.AA. de Cataluña nombrada al efecto en su último Pleno Regional y se
encuentran representados camaradas del G.A. "Sol y Vida" de
Barcelona. Llega tarde a la Conferencia el representante de los organismos
Federación Regional de GG.AA. del Sena (París) y Secretariado Anarquista
Internacional parisino, y telegrafía serle imposible comparecer al delegado de
la Federación Local de GG.AA. de Málaga, que lleva la representación del G.A.
"Los Forjadores del Porvenir" de Marsella. No asisten por falta de
medios y se adhieren a la Conferencia: Federación Nacional de GG.AA. de lengua
española de Francia (Secretariado); Federación Local de GG.AA. de Zaragoza; A
Batalha y Confederación General del Trabajo de Portugal; Asociación
Internacional de los Trabajadores de Berlín; Unión Anarquista Comunista y Le
Libertaire, París; Internacional Antimilitarista y Bureau Internacional
Antimilitarista, Holanda; Federación Regional de G.A. de los Pirineos
Orientales, Aude y Ariege; Federación Local de G.A. de San Juan de Luz; Grupo
Anarquista "Flores Nacientes" de Toulouse; Comité Pro-presos y GG.AA.
de Vizcaya; los periódicos Cultura Proletaria de Nueva York, Acción Social
Obrera de San Feliu de Guixols, La Revista Blanca de Barcelona, y los camaradas
M.B. de Cataluña, E.L. de Toulouse, J.P. de Sevilla, R.O. de la Línea, J.A. de
Baleares y la compañera A.M. de Cataluña.
Primera sesión
1. Abre la Conferencia el Comité Nacional provisorio
saludando a los delegados. En un extenso discurso son saludados los camaradas
lusitanos y vieneses que han muerto por la libertad, los compañeros Sacco y
Vanzetti y demás condenados y presos del mundo y las delegaciones a la
Conferencia.
2. Lectura de las credenciales de los delegados y de
las listas de las fuerzas. Son leídas las de los delegados mencionados.
3. Exposición por el Comité Nacional de los trabajos
realizados y del estado presente de la organización. Intervención de los
delegados y contestación del Comité Nacional. Es hecha una detallada
exposición, siendo aprobada, con un voto de confianza presentado por Cataluña,
la actuación del Comité Nacional.
4. Fin de la actuación del Comité Nacional,
reintegrándose sus miembros a la Regional Catalana. (A partir de este momento,
la Conferencia se desenvuelve sin Comité Nacional).
Así lo hacen por entender que dan a la conferencia una
sensación de más libertad.
Es leído y aprobado un informe del grupo "Sol y
Vida", propiciando la propaganda e intercomunicación de los pueblos por
medio de excursiones campestres.
1. Nombramiento de mesa. Es formada por la Federación
Local de Valencia.
2. Lectura de los dictámenes. Son leídos todos los de
los organismos representados y adheridos.
Tema primero.
De los problemas importantes del anarquismo y de las características y
desarrollo del movimiento anarquista. Es presentada por los delegados de
Valencia y rechazada una proposición incidental pidiendo sólo se discutan los
temas tercero y sexto. Son considerados importantes todos los problemas de la
vida y deseado que los grupos no sólo estudien y discutan, que hagan obra de
educación, propaganda y agitación, creando y difundiendo la hoja, la revista,
la escuela, la biblioteca, el ateneo, etc.
a) Sobre la contextura de los grupos y sus
actividades. Es aprobada una proposición de Madrid que establece la libertad de
darse cada grupo a la misión o actividades de su agrado, procurándose por la
Federación la unidad en la acción y la propaganda.
b) Ante las corrientes lingüísticas, vegetarianas,
etc., ¿se deben formar agrupaciones naturistas, esperantistas, etc. dentro del
movimiento anarquista? Se resuelve ir a esas agrupaciones y aceptarlas
respetándose la labor por ella más preferida, con tal de que al adherirse sean
ante todo anarquistas.
Segunda sesión
Tema segundo.
Del cooperativismo. a) Posición ante el movimiento cooperativista.
b) ¿Debe propiciarse una organización de cooperativas
de consumo, de talleres comunes y de colonias agrícolas unida a la organización
de grupos y dentro del movimiento anarquista?
Son discutidos ambos apartados juntos. Es hecha una
moción de no oponerse a que se den a estos ensayos y organización cooperativa
aquellos que la consideren buena, pero siempre autónoma, mas no aislada, a fin
de evitar toda desviación.
Tema tercero.
Del movimiento obrero. a) Posición ante las centrales sindicales C.N.T. y
U.G.T. Se acuerda tratar lo que afecta a la C.N.T., por entender que no hay por
qué preocuparse por el organismo reformista, y se entra en el siguiente
apartado.
b) ¿Debe tenderse a que la organización de sindicatos,
como medio también del anarquismo, se trabe con la organización de grupos
conservando cada una su autonomía y sus federaciones, por medio de federaciones
y consejos generales, dentro del movimiento anarquista? Se entiende no se
posible la unidad de clase, que el sindicalismo, persiguiéndola, ha fracasado,
y que por ello hay que buscar la unidad anarquista. Que la organización obrera
no es sólo por mejorar la clase, que ha de labrar la emancipación, y como ésta
es posible en Acracia, debe hacerse por medio también del anarquismo. Que debe
volver la organización obrera al anarquismo, tal como lo estuvo antes de
disolverse la Federación Regional Española y crearse al margen la organización
anarquista por grupos, procediendo a juntarse ambas organizaciones, pues el
movimiento ácrata no sólo ha de preocuparse de todos los restantes problemas,
desentendiéndose del económico. Se resuelve propagar esto, y que los grupos,
sus federaciones y el Comité Nacional inviten a la organización sindical y al
Comité de la C.N.T. a la celebración de plenos o asambleas locales, comarcales,
regionales y nacionales de ambas organizaciones, proponiendo la inclusión de la
organización de sindicatos en el movimiento anarquista y su enlace a la
organización de grupos, sin confundirse ni perder sus características, formando
federaciones generales que sean expresión de este amplio movimiento anarquista,
con sus Consejos Generales, llamados así por ser integrados por representantes
de la organización de sindicatos y la de grupos, cuyos Consejos se dividan en
comisiones de educación, propaganda, agitación y de los demás problemas que
interesan por igual a ambas organizaciones.
Tercera sesión
Se acuerda pasar a tratar los temas sexto y séptimo
por hacérsele tarde a la delegación portuguesa.
Tema séptimo.
De la Federación Ibérica. Ante la afinidad existente entre la Unión Anarquista
Portuguesa y la Federación Nacional de GG.AA. de España ¿se debe constituir
definitivamente la Unión o Federación Anarquista Ibérica? Se acuerda dar
constitución firme a la Federación Anarquista Ibérica, compuesta por la Unión
Anarquista Portuguesa, la Federación Nacional de GG.AA. de España y la
Federación de GG.AA. de lengua española en Francia, que no es provechoso por
eso crear nuevo Comité, sino que uno de los tres de estos organismos asuma
temporalmente la representación de la Federación Anarquista Ibérica; que el
cargo de Comité Peninsular se traslade periódicamente de un punto a otro, entre
Portugal, Francia y España, y que el Comité de la Unión Anarquista Portuguesa
tome ahora a su cargo el Comité Peninsular, con el auxilio y la información de
los Comités de Francia y España.
Tema sexto.
De la dictadura. a) Ante el presente de dictadura ¿qué medios hemos de adoptar
los anarquistas para provocar un esfuerzo internacional o parcial en la
península Ibérica?
Se acuerda desarrollar una extensa campaña de
agitación constante entre el pueblo a fin de que, caldeado el ambiente, se produzca
un movimiento popular que sea determinado por el espíritu libertario. b) De ser
provocado por otros sectores ¿qué medios ha de adoptar la minoría anarquista
para lograr ser el factor determinante de revolución?
La Conferencia ratifica el acuerdo recaído en el
Congreso de Marsella (mayo de 1926) de no mantener ningún pacto, colaboración
ni inteligencia con elementos políticos y sólo estar en inteligencia con la
C.N.T. de España. Se acuerda intervenir en todo pronunciamiento que surja,
procurando apartarlo de la dirección política y encauzar la acción popular a
destruir todos los poderes y organizar libremente su vida.
Es aprobada una proposición de Alicante de
confeccionar un folleto claro y enérgico para que el obrero sepa qué hacer en
su acción revolucionaria. c) ¿Existe dentro de nuestro movimiento la capacidad
precisa para una obra reconstructiva sobre bases antiautoritarias y
federalistas? Se cree en su existencia y en la necesidad de desarrollarla y
organizarnos para que tenga nuestro movimiento la máxima solvencia que le
conquiste la voluntad popular. d) ¿Debe formarse un Comité de Acción por la
organización sindical y la de grupos, o sólo de esta última? Se acuerda lo
primero, imitando a Cataluña, y sólo en donde a la organización sindical no le
sea posible o se niegue a hacerlo, lo segundo.
Tema cuarto.
De los presos y perseguidos. ¿Deben los CPP [Comités Pro-Presos] todos estar
formados por la organización sindical y la de grupos cuando ésta última posea
sus propios CPP? Se resuelve trabajar para que los CPP los integren
representantes de las dos organizaciones, invitando a ello a la C.N.T. y
dándoles autonomía y administración propia.
Tema octavo.
De las Internacionales. a) ¿Qué concepto nos merece la Plataforma de
organización de los anarquistas (proyecto)? Esperándose, pues no habiéndose
podido traducir este proyecto de los anarquistas rusos y ante la falta del
exacto conocimiento del mismo, es dejado para la próxima reunión o Conferencia
Nacional, prometiendo Madrid que lo tendrá traducido. b) Posición de los
organismos internacionales antiautoritarios A.I.T., C.I.A. y U.A. Universal. La
Conferencia se adhiere a las dos [primeras], desconociendo la última, que cree
no actúa. c) ¿Debe trabajarse por la unión de estos organismos en una sola internacional
anarquista? Se resuelve tender a ello por medio de una Conferencia mundial.
1. Movimiento de mesa. Continúa la anterior.
2. Residencia del nuevo Comité Nacional efectivo.
Unánimemente se pide la continuación del Comité
Nacional transitorio, dándole carácter efectivo, pero se niega aduciendo que
debe nombrarse otro, pues el Comité Nacional no debe residir siempre en una
parte y que la crisis y la represión los ha dejado carentes de elementos en los
momentos presentes, teniendo necesidad de darse a la organización local.
Después de ser propuestas localidades que no aceptan,
se propone a Sevilla, que lo acepta, después de hacerle Barcelona la promesa de
poderse encargar de nuevo una vez reorganizada.
Promete el Comité saliente trasladar la documentación
a Sevilla una vez despachados todos los asuntos pendientes, y hecha el acta de
la Conferencia, encargándose transitoriamente Sevilla del Comité de acuerdo con
Barcelona.
3. Atribuciones, medios y labores de este comité. Se
encarece que las delegaciones hagan por que en sus organismos se comprenda que
sin el aporte económico voluntario pero continuo no es posible el buen
desenvolvimiento y la precisa labor de este Comité Nacional.
4. Asuntos generales. Cataluña propone que se haga un
boletín que sea la expresión de la obra de nuestro movimiento anarquista,
siendo aprobado.
Se levanta la sesión con un saludo a los presos y
perseguidos y al mundo revolucionario.
Perspectivas de transformación social y
lucha anarquista
Para la Internacional de Federaciones Anarquistas la
realidad social actual, en el Este como en el Oeste, en el Norte como en el
Sur, se estructura a la vez alrededor de la explotación del hombre por el
hombre y de la opresión del hombre por el hombre.
Pensamos que un cambio social pasa de forma ineludible
por un cambio económico y por consiguiente por la destrucción de la estructura
económica del capitalismo. Pero pensamos igualmente que nuestra intervención en
el terreno económico, en la fábrica, en la oficina, en el campo, debe integrar
todas las luchas tendentes a cambiar la vida en un sentido libertario
(antimilitarismo, luchas contra la opresión religiosa, ecología, luchas de las
mujeres, luchas de liberación sexual...). El combate de la I.F.A. se apresta a
destruir las estructuras económicas, políticas, sociales, ideológicas... del
capitalismo, a multiplicar las alternativas a este sistema en el plano
económico, político, social... para que, una vez destruida la estructura
económica del capitalismo, estas alternativas, que hoy no pueden resultar más
que embrionarias, puedan abrazar la totalidad del campo social y estructurar la
construcción del mundo nuevo que llevamos actualmente en nuestros corazones.
Antimilitarismo
La militarización no se reduce al sólo problema del
ejército o de la guerra. Hoy, en el Este como en el Oeste, la militarización
abarca la totalidad del espectro social (refuerzo de los cuerpos represivos, de
las instituciones estatales, del autoritarismo, de la jerarquía... en la vida social).
Por ello estamos contra todos los ejércitos, contra todos los imperialismos -
tanto los grandes (USA., U.R.S.S.) como los pequeños (Europa, Sudeste
asiático...). Por ello no creemos en tratados de paz o de desarme establecidos
entre los Estados. Por ello, asimismo, creemos en la solidaridad
internacionalista de los pueblos que se desembaracen del capitalismo y del
Estado. Por ello nuestro antimilitarismo se sitúa en el interior y en el
exterior de los cuarteles.
Ecología y nucleares
El capitalismo, privado o estatal, no se contenta con
explotar y oprimir a los hombres. Explota igualmente la naturaleza hasta
destruir las condiciones mismas de la vida (aniquilación de los recursos
naturales, poluciones de todas clases...).
Por ello oponemos a esta lógica un sistema donde la
producción estaría basada en las necesidades reales de la gente. Este sistema,
que excluiría el despilfarro energético, no tendría ninguna necesidad de
energía nuclear. Por ello oponemos a la lógica actual un sistema
autogestionario basado en el federalismo. En efecto: un sistema autogestionario
federal no tendría ninguna necesidad de una producción energética centralizada,
en la que las nucleares son el ejemplo típico.
Ateísmo
Las religiones, confesionales y laicas, por su
creencia absoluta en un ser supremo o en un paraíso futuro, son un obstáculo
para el cambio de la realidad social actual. Siempre hay un contacto estrecho
entre las religiones y el poder. Actualmente las ideas laicas están de capa
caída y las religiones confesionales, por medio de un vistoso aparato externo,
aprovechan para captar a una nueva juventud. Por ello rechazamos todas las
religiones y combatimos las estructuras de alienación que ellas vehiculan.
Educación
La escuela, privada o estatal, tiene como objetivo, en
tanto que institución, el mantenimiento y consolidación de la estructura social
dominante. Lo realiza con la imagen de una educación muy determinada que
considera al individuo y al niño como una esponja. La escuela produce una
ideología; su función es permitir al niño insertarse en el sistema existente.
El objetivo final de la educación actual no es ayudar al individuo a ser feliz,
sino hacerle aceptar la explotación y la opresión que sufre. Los anarquistas
han creado, desde hace mucho tiempo, espacios de autogestión del saber, de
desenvolvimiento autónomo del niño, de permisividad sexual... Estas
experiencias de educación libertaria permiten al niño expansionarse libremente
y desarrollar la autogestión de su propia vida, no han querido ser jamás
"islas de libertad" en un océano de opresión. Todas se han producido
en relación estrecha con los momentos de lucha contra el capital, el Estado, la
Iglesia, etc. No son utopías, sino elementos de un enfrentamiento social e
instantes de madurez de la humanidad en marcha hacia su emancipación.
Opresión sexual
La sociedad capitalista (en el Este como en el Oeste)
es una institución patriarcal, dominada por los valores del machismo (opresión
de la mujer por el hombre, asimilación de comportamientos no conformes con las
normas del machismo como desviaciones: homosexualidad...). El poder (Estado,
religión, etc.) produce y explota esta situación que le permite dividir a los
explotados y oprimidos. La I.F.A., que está por la libertad y la igualdad entre
todos los individuos, rechaza y combate toda discriminación y opresión sexual.
Por ello, estamos por la abolición de la familia patriarcal en tanto que
institución y por la reconstrucción de relaciones humanas basadas en el libre
acuerdo. Por ello la I.F.A. denuncia y se opone a todas las violencias sexuales
hachas contra las mujeres. La I.F.A. lucha para que las mujeres en el mundo
entero puedan disponer libremente de su cuerpo (contracepción e interrupción
voluntaria del embarazo libre y gratuitamente) y de su porvenir (igualdad
económica y social).
Racismo
El capitalismo, privado o estatal, coloca siempre los
problemas de las diferencias entre los individuos en términos de desigualdad. Y
esto con el fin de dividir a los explotados y oprimidos. Actualmente, y no por
casualidad pues la crisis económica se muerde la cola, el racismo encuentra un
nuevo vigor. La I.F.A. afirma que el racismo no es más que una consecuencia de
la división de la sociedad en clases. Por ello combate todos los racismos y
proclama que, por encima de las diferencias que pudieren existir entre los
seres humanos, todos son iguales.
Antiestatismo y federalismo
El sistema capitalista, ya sea privado o estatal, es
una fórmula por la que se explota y oprime a la mayoría. La institución estatal
es uno de los métodos que le permiten reprimir a los explotados y oprimidos y,
de esa manera, perpetuarse. La institución estatal es a la vez causa y efecto
de la división social. Por ello la I.F.A. quiere destruir el capitalismo y el
Estado por medio de la acción directa, de la autogestión de las luchas, del
antiparlamentarismo, de la insurrección, etc. Lucha en favor de un sistema
social federal basado en la libre relación de los individuos y los grupos
sociales: el comunismo libertario.
(Congreso Anarquista Internacional, París 1986)
Bases ideológicas del anarquismo social,
organizador y revolucionario
La mundialización del capitalismo y la puesta en
marcha de organizaciones estatistas supranacionales (F.M.I., Banco Mundial,
etc.) no se han producido para satisfacer las necesidades de la humanidad. No
están concebidas ni estructuradas para ser controladas por la población
mundial. En el plano económico, este sistema está sostenido por un número cada
vez más restringido de empresas que constituyen oligopolios: las
multinacionales. Estas orientan y rigen el sistema económico mundial,
evidentemente para obtener el máximo de beneficios. Para lograrlo se apoyan en
la capacidad de control social, militar, policial y religioso de los Estados y
en el control ideológico ejercido por los medios de comunicación. Estos
controles garantizan de hecho la estabilidad política y, por tanto, la
estabilidad económica. La mundialización del capitalismo es el logro a escala
mundial del movimiento secular de concentración de capital inherente a todo
sistema de competencia. Hoy asistimos a un crecimiento global de los
intercambios comerciales y financieros en el planeta. No obstante, este
crecimiento global permanece al menos en parte en el dominio de lo virtual,
concerniendo únicamente a los títulos de propiedad financieros (obligaciones y
acciones) y a la moneda. Se constata en efecto una cierta desconexión entre,
por una parte, los intercambios financieros organizados a escala planetaria y,
por otra, los intercambios comerciales y un sistema productivo más o menos
estructurado a escala continental. Esto revela las tensiones de competencia que
existen a escala planetaria por el control de la producción y los intercambios.
Por otra parte, esta economía de "casino"
nos hace pasar de un capitalismo con crisis de producción más o menos cíclicas
a un capitalismo de crisis permanente. Lejos de desembocar en un sistema
monolítico, en la constitución de algunas súper empresas fordistas, este movimiento
se ha dotado de una estructura extremadamente flexible y móvil. El aumento del
poder de los holding va parejo con un desarrollo de las pequeñas y medianas
empresas. Esto no significa que se esté asistiendo a la puesta en marcha de una
economía a dos niveles. Desde la más pequeña de las empresas hasta el holding
más poderoso, existen vínculos, pero, como debe ser en el sistema capitalista,
esos vínculos son las relaciones de dominación y explotación.
El sistema económico actual es un sistema de
explotación en cascada. Este mecanismo no es nuevo. Ya había sido puesto de
relieve por Eliseo Reclus a finales del siglo XIX a propósito de la explotación
colonial de los indios por los capitalistas británicos a través de los marajás
hindúes. De hecho el sistema capitalista se basa en una jerarquización de los
estatus sociales y los ingresos. La mundialización del capitalismo no reduce en
absoluto las diferencias entre zonas geográficas ni entre clases sociales.
Lejos de unificar el planeta y la sociedad en una mítica sociedad de consumo y
una hipotética clase media, la mundialización del capitalismo genera de hecho
una fragmentación sin precedentes entre espacios geográficos y clases. Acentúa
las desigualdades económicas y sociales, incrementa el número de proletarios y los
empobrece cada vez más.
En resumen, la mundialización del capitalismo genera
un sistema de explotación complejo, generalizado en el conjunto del planeta,
basado en relaciones de clases y de poder, oponiendo el proletariado (los que
sólo tienen su fuerza de trabajo) a la burguesía (los que poseen y controlan
los medios de producción y de intercambio), pero también enfrenta a los
proletarios entre ellos y a las diferentes facciones de la burguesía entre sí.
Sin duda, la burguesía de la triada (América del
Norte, Europa Occidental y Asia del Sudeste) domina actualmente el sistema
capitalista mundial. Explota al conjunto del planeta en función de los
beneficios que pueda obtener de él. No obstante, para lograrlo, no están solos
en el mundo. Se apoyan en una red espesa de burguesías locales presentes en
todos los países, tanto los de la triada como los demás.
Esta jerarquía global no está determinada del todo.
Las relaciones de fuerza que existen en el seno de los diferentes estratos de
la burguesía no están fijadas para siempre. Las nuevas burguesías pueden surgir
tanto a nivel local como a escala internacional. En este último caso, se
incorporan simplemente a las oligarquías existentes, se convierten por un tiempo
en las nuevas dominadoras del mundo. En definitiva, en lo que concierne a la
situación mundial, pensamos que es muy importante subrayar los siguientes
puntos:
1.- La competencia económica mundial y la reducción de
los márgenes de maniobra de las empresas se acentúan paralelamente provocando
el deterioro de las condiciones de vida de las clases sociales proletarias,
pobres o marginadas por todo el mundo. La desigualdad social aumenta, incluidos
los países llamados desarrollados.
En la situación actual, el mantenimiento del sistema
capitalista depende cada vez más del consumo de la mercancía bélica, de las
guerras y siempre las guerras. A pesar de las instancias supranacionales (Unión
Europea, A.L.E.A.N., A.S.E.A.N., etc.), el desarrollo de la ideología y las
políticas nacionalistas, militaristas y racistas es una necesidad vital del
sistema capitalista en su época actual para dividir y crear rivalidades en el
proletariado del planeta.
2.- La situación de dependencia en la que se
encuentran todas las regiones del planeta frente al mercado capitalista mundial
y el nivel de centralización alcanzado por la economía capitalista han
transformado el nacionalismo "revolucionario" tercermundista en un
simple instrumento de las luchas ínter imperialistas.
3.- En este periodo de totalitarismo
democrático-mercantil, se asiste a una deriva completa de las diferentes
corrientes del "socialismo" autoritario o estatista (la derecha y la
izquierda se confunden y son intercambiables) y a la transformación de los sindicatos
burocrático-reformistas en instrumentos de aplicación de los planes represivos
de los gobernantes y los capitalistas. Es decir, en instrumentos de la
contrarrevolución.
Los sindicatos reformistas, retomando en esto papel
ancestral de las religiones, vienen a gestionar ellos solos o con estas últimas
la asistencia pública social, es decir, una parte del control social. Debemos
hacer una crítica radical, rechazando el modelo sindical impuesto por los
Estados, basándonos en una propaganda que los denuncie constantemente.
Debemos defender un modelo sindical diferente, basado
en las asambleas generales de los trabajadores, en la acción directa y la
solidaridad, así como en el apoyo a las diferentes iniciativas que puedan
aparecer con vistas a crear organizaciones anarcosindicalistas por el mundo. En
este período, el capitalismo recupera todas las luchas sectoriales,
transformándolas en simples piezas de teatro políticas o
politico-"revolucionarias".
4.- Particularmente en los países de la periferia del
capitalismo mundial, la democracia representativa y el reformismo son, en el
periodo actual, medios decisivos para impedir la eclosión y el desarrollo de la
guerra social de los explotados y los oprimidos contra los explotadores y los
opresores. La democracia y el reformismo son las dos grandes armas
ideológico-políticas de los centros dirigentes del capitalismo mundial.
5.- En el marco actual del capitalismo, los problemas
ecológicos, sin duda muy graves, tienen aún tendencia a agravarse más. Sin
embargo, los proletarios no pueden ser considerados responsables del deterioro
del medio ambiente. La responsabilidad es de todos los que gestionan el sistema
económico: los capitalistas.
6.- La organización de la violencia
contrarrevolucionaria constituye uno de los objetivos prioritarios del conjunto
de los gobiernos totalitarios, fascistas o democráticos, de izquierda o de
derecha, en el periodo actual.
7.- Los problemas económicos y sociales de las clases
pobres y proletarias, así como el conjunto de las consecuencias de la guerra
económica entre capitalistas, constituyen la base sobre la que puede fundarse
una guerra social, oponiendo directamente a los pobres y a los gobernados a las
clases gobernantes y explotadoras. Eso nos conducirá a la revolución mundial
anarquista. El combate de ideas es indispensable para unir a los proletarios
contra la burguesía, pero no basta por sí solo. Debemos también favorecer la
formación de organizaciones de luchas múltiples y plurales. No obstante, no
puede tratarse de un esfuerzo único que pretenda construir un solo tipo de
organización. Debemos favorecer la creación y el desarrollo de un conjunto
coherente de estructuras específicamente anarquistas, pero también sindicales,
territoriales (comités de barrio y de municipio) y de los diversos sectores de
lucha (organización de mujeres, de jóvenes, antimilitarista, anticlerical y
antirreligioso, etc.), respondiendo a las diferentes preocupaciones del
proletariado. Al igual que la lucha sindical no debe conducir al reformismo
sindical, está claro que las luchas ecologistas y territoriales (especialmente
municipales) no deben en ningún caso confundirse con la simple lucha
medioambiental o con la participación en elecciones locales, a las que nos
oponemos como quiera que sean.
(Congreso Anarquista Internacional, Lyón 1997)
Principios y medios de la F.A.I.
La F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica) constituye
una unión federativa, es decir, libre, igualitaria y solidaria de grupos de
afinidad y, excepcionalmente, de individualidades. Su función es asegurar la
existencia, en Iberia, de una efectiva coordinación de las actividades de los
diferentes grupos e individuos anarquistas, para que sea posible la realización
de una revolución social que, suprimiendo la institución-propiedad y el trabajo
asalariado, instaure una sociedad basada en el comunismo anárquico.
La F.A.I. lucha por un orden no impuesto, sin
gobierno, sin autoridad de ninguna especie y sin explotación; un orden basado
en la libertad de cada ser humano, en la igualdad social, en el libre acuerdo,
en el apoyo mutuo y en la solidaridad humana.
La F.A.I. es una asociación coherente y
consecuentemente internacionalista; entiende que la revolución social en Iberia
debe ser parte integrante de una revolución mundial anarquista. Oponiéndose a
toda forma de nacionalismo, colonialismo o imperialismo, la F.A.I. defiende la
existencia de una solidaridad práctica entre las clases expoliadas, pobres y
gobernadas del mundo entero, en el marco de una lucha revolucionaria que busque
la destrucción del capitalismo internacional y la abolición de las fronteras
nacionales; su objetivo más amplio es la unión federativa (libre, igualitaria y
solidaria) de las diferentes comunidades, pueblos y regiones del mundo.
La F.A.I. combate al Estado bajo todas sus formas
(monarquía, república, democracia representativa o popular, dictaduras de
cualquier tipo...). Para esta Federación sólo la desaparición de los opresores
por la acción de los oprimidos y la liquidación del Estado por los propios
gobernados conducirá a la liberación del ser humano.
La FAI lucha por la sociedad anarquista únicamente por
medios anárquicos, mediante la acción directa, no por medios políticos,
reformistas o legalistas. La Federación no es legalizable ni
institucionalizable. Su acción se basa únicamente en la capacidad de sus
adherentes, en la solidaridad anarquista internacional y en la libertad
conquistada. La F.A.I. no se mueve en el terreno de las "libertades"
concedidas y reglamentadas por el Estado.
La Federación no realizará ningún tipo de acuerdo con
instituciones u organizaciones de naturaleza política o religiosa. De acuerdo
con su práctica, que cuestiona el principio metafísico o religioso de autoridad
en que se fundamentan las distintas formas de esclavitud de los individuos, la
Federación se declara racionalista y atea.
La F.A.I. combate la religión bajo todas sus formas.
Conforme a sus ideas antirreligiosas y racionalistas, la Federación lucha por
la instauración de un medio social que se base en la libertad individual y que
tenga como objetivo el desarrollo integral de cada ser humano. Considerando,
por otra parte, que ese desarrollo individual no es posible separado de la
cuestión social y que sólo puede darse dentro de la sociedad libre preconizada.
La F.A.I. combate a los sindicatos burocratizados u
oficiales, dado que éstos impiden el desarrollo de la acción directa de los
trabajadores y buscan limitar las luchas sociales al campo de la legalidad
democrática, tratando de transformar al proletariado en una pieza o componente
domesticado del capitalismo democrático del llamado Estado de Derecho.
La F.A.I. rechaza cualquier forma de cooperación con
individuos, grupos y asociaciones que, declarándose libertarios, pero
colaborando con instituciones de poder, buscan transformar el movimiento libertario
en un componente de la sociedad democrática, por considerar que mantienen una
actitud antianarquista.
La F.A.I. sólo cooperará con quien rechace activa y
coherentemente el poder bajo todas sus formas. La insurrección, anti-estatal y
anti-capitalista, y la obra constructiva de la revolución social constituyen el
objetivo global de esta unión federativa. Su método es la acción directa,
considerada en su más amplia y dinámica expresión revolucionaria y
constructiva.
A través de un trabajo de propaganda específicamente
anarquista, del ejemplo práctico constructivo y de una intervención práctica en
distintos medios sociales contra las diferentes manifestaciones concretas de la
usurpación estatal y capitalista, la F.A.I. lucha por la eclosión de un
movimiento insurgente, que cuestione la totalidad de la sociedad
antiautoritaria, y por la capacitación de los oprimidos para las tareas
positivas de la revolución social.
Extraído del Pacto Asociativo de la F.A.I.