En el IV Congreso de la CNT-AIT,
celebrado en mayo de 1936, la clase obrera organizada en la Península Ibérica
ya definía claramente y sin titubeos su horizonte. Cerca ya del estallido
Revolucionario más importante en la historia de España, y cerca también de la
guerra fratricida que teñiría de sangre nuestros pueblos y campos, la clase
trabajadora empezaba ya a tomar las riendas de su vida y de su futuro.
En una sociedad en la que la
situación del pueblo trabajador era especialmente dura, la CNT-AIT se
preguntaba continuamente cómo poder dar respuesta a las necesidades de esa
sociedad castigada sin perder nunca el rumbo hacia la Revolución Social.
Ahora, en 2020, y con una clase
trabajadora que poco ha mejorado en su situación de explotación, no está de más
recordar cómo nuestras compañeras y compañeros organizaron hace un siglo la construcción
de ese nuevo mundo por el que tanto lucharon.
Este resumen del IV congreso
de la CNT-AIT ilustra con detalle cómo el Ideal Anarquista persigue la plena
realización del ser humano como individuo y como ser social, siempre desde la
igualdad, el respeto, la solidaridad y el apoyo mutuo.
CONCEPTO
CONSTRUCTIVO DE LA REVOLUCIÓN
1º Dar a cada ser humano lo
que exijan sus necesidades, sin que en la satisfacción de las mismas tenga
otras limitaciones que las impuestas por las posibilidades de la economía.
2º Solicitar de cada ser
humano la aportación máxima de sus esfuerzos a tenor de las necesidades de la
sociedad, teniendo en cuenta las condiciones físicas y morales de cada
individuo.
ORGANIZACIÓN
DE LA NUEVA SOCIEDAD DESPUÉS DEL HECHO REVOLUCIONARIO.
LAS PRIMERAS
MEDIDAS DE LA REVOLUCIÓN
Se declaran abolidos: la
propiedad privada, el Estado, el principio de autoridad y, por consiguiente,
las clases que dividen al ser humano en explotadores/ras y explotad@s,
oprimid@s y opresores/ras.
Socializada la riqueza, las
organizaciones de los productores y las productoras ya libres, se encargarán de
la administración directa de la producción y del consumo.
Establecida en cada
localidad la Comuna Libertaria, pondremos en marcha el nuevo mecanismo social.
Los productores y las
productoras de cada ramo u oficio, reunidos y reunidas en sus Sindicatos y en
los lugares de trabajo, determinarán libremente la forma en que éste ha de ser
organizado.
La Comuna Libre se incautará
de cuanto antes detentaba la burguesía, tal como víveres, ropas, materias
primas, herramientas de trabajo, etc.
Estos útiles de trabajo y
materias primas deberán pasar a disposición de los productores y las
productoras para que éstos los administren directamente en beneficio de la
colectividad.
En primer término las
Comunas cuidarán de alojar con el máximo de comodidades a todos los habitantes
de cada localidad, asegurando asistencia a los enfermos y educación a los
niñ@s.
Todas las personas se
aprestaran a cumplir el deber voluntario - que se convertirá en verdadero
derecho cuando el ser humano trabaje libre- de prestar su concurso a la
colectividad, en relación con sus fuerzas y sus capacidades, y la Comuna
cumplirá la obligación de cubrir sus necesidades.
Desde luego, es preciso
crear ya, desde ahora, la idea de que los primeros tiempos de la revolución no
resultarán fáciles y de que será preciso que cada ser humano aporte el máximo
de esfuerzos y consuma solamente lo que permitan las posibilidades de la
producción. Todo período constructivo exige sacrificio y aceptación individual
y colectiva y a no crear dificultades a la obra reconstructora de la sociedad
que de común acuerdo todos realizaremos.
PLAN DE
ORGANIZACIÓN DE LOS PRODUCTORES
El Plan económico de
organización, en cuantas manifestaciones tenga la producción nacional, se
ajustará a los más estrictos principios de economía social, administrados
directamente por los productores y las productoras a través de sus diversos
órganos de producción, designados en asambleas generales de las variadas
organizaciones y por ellas controlados en todo momento.
Como base (en el lugar de
trabajo, en el Sindicato, en la Comuna, en todos los órganos reguladores de la
nueva sociedad), el productor y la productora, el individuo como célula, como
piedra angular de todas las creaciones sociales, económicas y morales.
Como órgano de relación
dentro de la Comuna y en el lugar de trabajo, el Consejo de taller y de
fábrica, pactando con los demás centros de trabajo.
Como órgano de relación de
Sindicato a Sindicato (asociación de productores), los Consejos de Estadística
y de Producción, que se seguirán federando entre sí hasta formar una red de
relación constante y estrecha entre todos los productores de la Confederación
Ibérica.
En el campo: Como base, el
productor en la Comuna, que usufructuaría todas las riquezas naturales de una
demarcación política y geográfica.
Como órgano de relación, el
Consejo de Cultivo, del que formarán parte elementos técnicos y trabajadores y
trabajadoras integrantes de las asociaciones de productores y productoras
agrícolas, encargados y encargadas de orientar la intensificación de la
producción, señalando las tierras más apropiadas a la misma, según su composición
química.
Estos Consejos de Cultivo
establecerán la misma red de relaciones que los Consejos de Taller, de Fábrica
y de Producción y Estadística, complementando la libre federación que
representa la Comuna como demarcación política y subdivisión geográfica.
Tanto las Asociaciones de
productores industriales como las Asociaciones de productores agrícolas se
federarán nacionalmente -mientras sea únicamente en un país que haya realizado
su transformación social- si, llevados a esa disyuntiva por el mismo proceso
del trabajo a que se eduquen, lo estiman conveniente para el más fructífero
desarrollo de la Economía; e idénticamente se federarán en el mismo sentido
aquellos servicios cuya característica propenda a ello por facilitar las
relaciones lógicas y necesarias entre todas las Comunas Libertarias (de la
Península).
Estimamos que con el tiempo
la nueva sociedad conseguirá dotar a cada Comuna de todos los elementos
agrícolas e industriales precisos a su autonomía, de acuerdo con el principio
biológico que afirma que es más libre el hombre -en este caso la Comuna- que menos
necesita de los demás.
LAS COMUNAS
LIBERTARIAS Y SU FUNCIONAMIENTO
El individuo, la Comuna y la
Federación.
La administración será de
manera absoluta de carácter comunal.
La base de esta
administración será, por consiguiente, la Comuna.
Estas Comunas serán
autónomas y estarán federadas regional y nacionalmente para la realización de
los objetivos de carácter general.
El derecho de autonomía no
excluirá el deber de cumplir los acuerdos de convivencia colectiva, no
compartidos por simples apreciaciones y que sean aceptadas en el fondo.
Así, pues, una Comuna de
consumidores sin limitación voluntaria, se comprometerá a acatar aquellas
normas de carácter general que después de libre discusión hayan sido acordadas
por mayoría.
En cambio, aquellas Comunas
que, refractarias a la industrialización, acuerden otras clases de convivencia,
como por ejemplo las naturistas y desnudistas, tendrán derecho a una
administración autónoma, desligada de los compromisos generales.
Como estas Comunas
naturistas-desnudistas, u otra clase de Comunas, no podrán satisfacer todas sus
necesidades, por limitadas que éstas sean, sus delegados a los Congresos de la
Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias podrán concertar
convenios económicos con las demás Comunas Agrícolas e Industriales.
En conclusión proponemos:
- La creación de la Comuna
como entidad coordinación social general y administrativa.
- La Comuna será autónoma, y
confederada al resto de las Comunas.
- Las Comunas se federarán
comarcal y regionalmente, fijando a voluntad sus límites geográficos, cuando
sea conveniente unir en una sola Comuna pueblos pequeños, aldeas y lugares.
El conjunto de estas Comunas
constituirá una Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias.
Para la función distributiva
de la producción, y para que puedan nutrirse mejor las Comunas, podrán crearse
aquellos órganos suplementarios encaminados a conseguirlo.
Por ejemplo: un Consejo
Confederal de Producción y Distribución, con representaciones directas de las
Federaciones nacionales de Producción y del Congreso anual de Comunas.
MISIÓN Y
FUNCIONAMIENTO INTERNO DE LA COMUNA
La Comuna deberá ocuparse de
lo que interesa al individuo.
Deberá cuidar de todos los
trabajos de ordenación, arreglo y embellecimiento de la población.
Del alojamiento de sus
habitantes; de los artículos y productos puestos a su servicio por los
Sindicatos o Asociaciones de productores.
Se ocupará asimismo de la
higiene, de la estadística comunal y de las necesidades colectivas, de la
enseñanza, de los establecimientos sanitarios y de la conservación y
perfeccionamiento de los medios locales de comunicación.
Organizará las relaciones
con las demás Comunas, y cuidará de estimular todas las actividades artísticas
y culturales
Para el buen cumplimiento de
esta misión, se nombrará un Consejo Comunal, al cual serán agregados
representantes de los Consejos de Cultivo, de Sanidad, de Cultura, de
Distribución y de Producción y Estadística.
El procedimiento de elección
de los Consejos Comunales se determinará con arreglo a un sistema en el que
establezcan las diferencias que aconsejen la densidad de población, teniendo en
cuenta que tardará en descentralizar políticamente las metrópolis,
constituyendo con ellas Federaciones de Comunas.
Todos estos cargos no
tendrán ningún carácter ejecutivo ni burocrático. Aparte los que desempeñen
funciones técnicas o simplemente de estadística, los demás cumplirán asimismo
su misión de productores, reuniéndose en sesiones al terminar la jornada de
trabajo para discutir las cuestiones de detalle que no necesiten el refrendo de
las asambleas comunales.
Se celebrarán asambleas
tantas veces como lo necesiten los intereses de la Comuna, a petición de los
miembros del Consejo Comunal, o por la voluntad de los habitantes de cada una.
RELACIONES E
INTERCAMBIO DE PRODUCTOS
Como ya hemos dicho, nuestra
organización es de tipo federalista y asegura la libertad del individuo dentro
de la agrupación y de la Comuna, la de las Comunas dentro de las Federaciones,
y la de éstas en las Confederaciones.
Vamos, pues, del individuo a
la colectividad, asegurando sus derechos para conservar intangible el principio
de libertad.
Los habitantes de una Comuna
discutirán entre sí sus problemas internos: producción, consumo, instrucción,
higiene y cuanto sea necesario para el desenvolvimiento moral y económico de la
misma.
Cuando se trate de problemas
que afecten a toda una comarca o provincia, han de ser las Federaciones quienes
deliberen, y en las reuniones y asambleas que éstas celebren estarán
representadas todas las comunas, cuyos delegados aportarán los puntos de vista
previamente aprobados en ellas.
Por ejemplo, si han de
construir carreteras, ligando entre sí los pueblos de una comarca o asuntos de
transporte e intercambio de productos entre las comarcas agrícolas e
industriales, es natural que todas las Comunas expongan su criterio, ya que
también han de prestar su concurso.
En los asuntos de carácter
regional, será la Federación Regional quien ponga en práctica los acuerdos, y
éstos representarán la voluntad soberana de todos los habitantes de la región.
Pues empezó en el individuo,
pasó después a la Comuna, de ésta a la Federación y, por último, a la
Confederación.
De igual forma llegaremos a
la discusión de todos los problemas de tipo nacional, ya que nuestros
organismos se irán complementando entre sí.
La organización nacional
regulará las relaciones de carácter internacional, estando en contacto directo
con el proletariado de los demás países, por intermedio de sus respectivos
organismos, ligados como el nuestro a la Asociación Internacional de los
Trabajadores.
Para el intercambio de
productos de Comuna a Comuna, los Consejos Comunales se pondrán en relación las
Federaciones Regionales de Comunas y con el Consejo Confederal de Producción y
Distribución, reclamando lo que les haga falta y ofreciendo lo que les sobre.
Por medio de la red de
relaciones establecidas entre las Comunas y los Consejos de Producción y
Estadística, constituidos por las Federaciones Nacionales de Productores, queda
resuelto y simplificado este problema.
En lo que se refiere al
aspecto comunal del mismo, bastarán las cartas de productor y/o productora
extendidas por los Consejos de Taller y de Fábrica, dando derecho a que
aquéll@s puedan adquirir lo necesario para cubrir todas sus necesidades.
La carta de productor y/o
constituye el principio de un signo de cambio, el cual quedará sujeto a estos
dos elementos reguladores:
1- Primero, que sea
intransferible;
2- Segundo, que se adopte un
procedimiento mediante el cual en la carta se registre el valor del trabajo por
unidades de jornada y este valor tenga el máximo de un año de validez para la
adquisición de productos.
A los elementos de la
población pasiva serán los Consejos Comunales los que les facilitarán las
cartas de consumo.
Desde luego, no podemos
sentar una norma absoluta.
Debe respetarse la autonomía
de las Comunas, las cuales, si lo creen conveniente, podrán establecer otro
sistema de intercambio interior, siempre que estos nuevos sistemas no puedan
lesionar, en ningún caso, los intereses de otras Comunas.
DEBERES DEL
INDIVIDUO PARA CON LA COLECTIVIDAD Y CONCEPTO DE LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA
El anarquismo es
incompatible con todo régimen de corrección, hecho que implica la desaparición
del actual sistema de justicia correccional, y por lo tanto, los instrumentos
de castigo (cárceles, presidios, etc.)
Conceptúa esta Ponencia que
el determinismo social es la causa principal de los llamados delitos en el
presente estado de cosas y, en consecuencia, desaparecidas las causas que
originaban el delito, en la generalidad de los casos éste dejará de existir.
Así pues, consideramos:
1º Que el ser humano no
es malo por naturaleza, y que la delincuencia es resultado lógico del estado de
injusticia social en que vivimos.
2º Que al cubrir sus necesidades,
dándole también margen a una educación racional y humana, aquellas causas han
de desaparecer.
Por ello, entendemos que
cuando el individuo falte al cumplimiento de sus deberes, tanto en el orden
moral como en sus funciones de productor, serán las asambleas populares
quienes, con un sentido armónico, den solución justa al caso.
El Comunismo Libertario
sentará, pues, su «acción correccional» sobre la Medicina y la Pedagogía,
únicos preventivos a los cuales la ciencia moderna reconoce tal derecho.
Cuando algún individuo,
víctima de fenómenos patológicos, atente contra la armonía que ha de regir
entre los hombres, la terapéutica pedagógica cuidará de curar su desequilibrio
y estimular en él el sentido ético de responsabilidad social que una herencia
insana le negó naturalmente.
LA CUESTIÓN
RELIGIOSA
La religión, manifestación
puramente subjetiva del ser humano, será reconocida en cuanto permanezca
relegada al sagrario de la conciencia individual, pero en ningún caso podrá ser
considerada como forma de ostentación pública ni de coacción moral ni intelectual.
Los individuos serán libres
para concebir cuantas ideas morales tengan por conveniente, desapareciendo
todos los ritos.
DEFENSA DE LA
REVOLUCIÓN
Admitimos la necesidad de la
defensa de las conquistas realizadas por medio de la revolución.
Es de suponer que el
capitalismo de éstos no se resigne a verse desposeído
de los intereses que en el
curso del tiempo haya adquirido. Por lo tanto, mientras la revolución social no
haya triunfado internacionalmente, se adoptarán las medidas necesarias para
defender el nuevo régimen, ya sea contra el peligro de una invasión extranjera
capitalista, antes señalado, ya para evitar la contrarrevolución en el interior
del país.
Un ejército permanente
constituye el mayor peligro para la revolución, pues bajo su influencia se
forjaría la dictadura que había de darle fatalmente el golpe de muerte.
En los momentos de lucha,
cuando las fuerzas del Estado, en su totalidad, o en parte, se unan al Pueblo,
estas fuerzas organizadas prestarán su concurso en las calles para vencer a la
burguesía.
Dominada ésta, habrá
terminado su labor.
El Pueblo armado será la
mayor garantía contra todo intento de restauración del régimen destruido por
esfuerzos del interior o del exterior. Existen millares de trabajadores que han
desfilado por los cuarteles y conocen la técnica militar moderna.
Que cada Comuna tenga sus
armamentos y elementos de defensa, ya que hasta consolidar definitivamente la
revolución éstos no será destruidos para convertirlos en instrumentos de
trabajo.
Recomendamos la necesidad de
la conservación de aviones, tanques, camiones blindados, ametralladoras y
cañones antiaéreos, pues es en el aire donde reside el verdadero peligro de
invasión extranjera capitalista.
Si llega este momento, el
Pueblo se movilizará rápidamente para hacer frente al enemigo, volviendo los
productores a los sitios de trabajo tan pronto hayan cumplido su misión
defensiva.
En esta movilización general
se comprenderá a todas las personas de ambos sexos aptas para la lucha y que se
aprestan a ella desempeñando las múltiples misiones precisas en el combate.
Los cuadros de defensa
confederal, extendidos hasta los centros de producción, serán los auxiliares
más valiosos para consolidar las conquistas de la revolución y capacitar a los
componentes de ellos para las luchas que en defensa de la misma debamos
sostener en grandes planos.
Por tanto declaramos:
1º El desarme del capitalismo
implica la entrega de las armas a las Comunas, que quedarán encargadas de su
conservación y que cuidarán, en el plano nacional, de organizar eficazmente los
medios defensivos
2º En el marco
internacional, deberemos hacer intensa propaganda entre el proletariado de
todos los países para que éstos eleven su protesta enérgica, declarando
movimientos de carácter solidario frente a cualquier intento de invasión por
parte de sus respectivos Gobiernos.
Al mismo tiempo, nuestra
Confederación Ibérica de Comunas Autónomas Libertarias ayudará, moral y
materialmente, a tod@s l@s explotad@s del mundo, a libertarse para siempre de
la monstruosa tutela del capitalismo y del Estado.
Resumen del 4
congreso de la CNT-AIT
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